viernes, 27 de enero de 2017
Muchas personas perciben la soledad como algo negativo, otras se llegan a sentir responsables cuando no tienen alguien a su lado, y a muchas otras simplemente no les gusta estar solos. Esto se debe a que el ser humano está acostumbrado a vivir en sociedad; sin embargo, en algunos casos es bueno pasar tiempo a solas.
La mayoría de las personas confundimos estar solo con sentirse solo, sin embargo son dos cosas completamente distintas, ya que estar solos es algo que hacemos con el fin de encontrarnos a nosotros mismos, mientras que sentirnos solos significa vivir una vida que nos desconecta de los demás.
Un estudio realizado por el experto Reed W. Larson dio como resultado que los adolescentes que pasaban una cantidad intermedia de su tiempo a solas estaban mejor ajustados que aquellos que pasan poco o mucho tiempo a solas.
Hay que ser espontáneo, por lo que si tienes deseo de salir al cine o a cenar puedes optar por ir solo. En un principio te podrá parecer extraño, pero al estar solo podrás observar y darte cuenta de lo que está sucediendo a nuestro alrededor sin juicio, y tendrás una perspectiva diferente para entender mejor tus deseos y necesidades. Si no estás convencido existen muchas razones por las que pasar tiempo a solas es bueno para nosotros, y aquí enlistamos algunas.
La creatividad surge cuando nuestra mente está libre para explorar y divagar. Cuando estamos solos no competimos con los pensamientos de alguien más, lo cual permite que nuestra mente tenga la libertad de dispersarse en su propia inspiración.
Muchas veces es difícil construir confianza con las influencias a nuestro alrededor, pero estar a solas nos permite desarrollar nuestra voz auténtica basada en nuestros valores. Cuando escuchamos nuestra voz interior tenemos la oportunidad de analizar los pros y los contras basados en nuestras propias experiencias de vida, que es mucho más importante que la opinión de cualquier otra persona.
Cuando nos olvidamos de las emociones y preocupaciones de los demás, es más fácil tomar las decisiones correctas o mirar el problema que nos consterna desde otra perspectiva.
En ocasiones el estrés y la ansiedad surgen debido a expectativas externas, pero en momentos de soledad las expectativas se vuelven menos importantes ya que organizamos los pensamientos y restablecemos fuerzas después de un día tenso.
Es importante que frecuentemente valoremos lo que en realidad nos interesa, y la mejor manera de llegar a conocernos a nosotros mismos es pasar tiempo a solas. Sin darle importancia a las prioridades competitivas de todo el mundo que nos rodea, podemos ser más realistas.
Nuestros momentos de soledad nos permiten tener más claridad en nuestros sueños, metas y prioridades. Lo cual nos produce una emoción que usamos como motivación para lograr nuestros objetivos y prioridades. Nos impulsa a trabajar y nos da la energía para hacer las cosas que apoyan nuestro gran plan.
Por más extraño que parezca, nuestros seres queridos no requieren de nuestra atención constante. Cuando tenemos el tiempo para entender y valorarnos a nosotros mismos, somos capaces de entender y valorar a los demás.
En ocasiones estar con otras personas puede ser muy agotador: escuchar los problemas de los demás, cargarnos de la emotividad que proyectan, dedicarles tiempo, mostrarnos alegres aunque no lo estemos, decir lo que es “correcto” y no lo que pensamos es un desgaste en la persona. Es por eso que un momento a solas puede recargar pilas para nuestro siguiente encuentro social. Es un momento en el que podemos ser egoístas.
