sábado, 21 de enero de 2017
La creatividad trabaja de formas misteriosas y a veces paradójicas. El pensamiento creativo es algo estable y característico en algunas personalidades; sin embargo esto puede cambiar dependiendo de la situación o el contexto por el que se está pasando. La inspiración y las ideas a menudo surgen de la nada y puede que de un momento a otro desaparezcan, eso sucede en todas las personas; no obstante en las personas altamente creativas es completamente distinto el proceso de su pensamiento.
Los tipos creativos saben que soñar despierto es cualquier cosa menos una pérdida de tiempo. Neurocientíficos han descubierto que soñar despierto implica los mismo procesos cerebrales asociadas con la imaginación y la creatividad. Por lo que los creativos tienen la capacidad de recordar información frente a las distracciones.
Para algunos la inspiración llega demasiado temprano, durante las madrugas; mientras que para otros suele ser por las noches. No importa cuándo o dónde, los individuos con alta producción creativa son difíciles de entender y no se sabe a qué hora sus mentes empiezan a crear la nube de ideas que habrán de reflejarse en su trabajo.
Con el fin de estar abierto a la creatividad, uno debe tener la capacidad para el uso constructivo de la soledad. Hay que superar el miedo a estar solo. Los artistas son estereotipados como solitarios, y está puede ser la clave para crear su trabajo. Para poder hacer que la mente vague, es necesario recurrir a la soledad y aprender a conocerse para entender lo que el cerebro quiere decir a través de las emociones.
En muchas ocasiones las obstáculos de la vida diaria se convierten en el combustible para desarrollar la imaginación e imprimir ideas. Un ejemplo claro lo tenemos en el éxito rotundo que tienen las canciones que hablan de eventos desgarradores y dolorosos; es ahí donde los autores de estos temas destacan en la mayoría de los casos, sus vivencias o aquellas que obtuvieron a través de la observación de la cotidianidad.
A la gente creativa le encanta probar nuevas experiencias, sensaciones y estados mentales. Esta apertura y amplitud suele activar de manera significativa la creatividad. Estar abierto a nuevas experiencias los lleva, la mayoría de las veces, a obtener logros creativos.
Las personas creativas son insaciablemente curiosas, optan por vivir examinando a la vida, e incluso, a medida que envejecen, mantienen un sentido de curiosidad por ella. Ya sea a través de conversaciones intensas o dispersándose en sus propios pensamientos en soledad, los creativos ven al mundo que les rodea y quieren saber el porqué y el cómo de todo.
Parte de realizar un trabajo creativo está en tomar riesgos, y muchos creativos prosperan tomando riesgos en diversos aspectos de sus vidas. La creatividad es el acto de fabricar algo de la nada. Requiere hacer públicas las apuestas mejor posicionadas en tu imaginación. No es un trabajo para los tímidos. Perder el tiempo, empañar tu reputación y no gastar bien el dinero son algunas de las consecuencias que puede tener la creatividad.
Las personas creativas tienden a estar motivados intrínsecamente, es decir, están motivados a actuar por algún deseo interno más que por un deseo de recompensa o reconocimiento externo. Los psicólogos han demostrado que las personas creativas adquieren energía con las actividades desafiantes; la investigación sugiere que el simple pensamiento de razones intrínsecas para la realización de una actividad puede ser suficiente para estimular la creatividad.
Las personas creativas entran en una zona donde realizan una actividad con la que disfrutan y a la vez se plantean retos; es lo que define a un buen proyecto creativo. Han descubierto su pasión, pero también han desarrollado su capacidad para entrar en el estado de flujo. Este estado mental requiere una conexión entre sus habilidades y la tarea que han emprendido.
En palabras de Steve Jobs: “la creatividad simplemente consiste en conectar las cosas. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo han hecho algo, se sienten un poco culpables porque en realidad no han creado nada, sino que se han limitado a ver algo. Tras un tiempo les resulta obvio, pues han sido capaces de conectar las experiencias que habían tenido y de sintetizar cosas nuevas”.
Las personas creativas alteran las cosas y tienen siempre nuevas experiencias, pero sobre todo evitan que su vida se vuelva monótona y mundana.”La gente creativa tiene experiencias más diversas; la rutina es lo que mata esta diversidad de experiencias”, explica Kaufman.
Las personas creativas entienden el valor de la concentración mental, pues su trabajo depende de ella. Muchos artistas, emprendedores, escritores y otros trabajadores creativos consideran la meditación como una herramienta para conectar con su estado mental más creativo.
