Posted by : TOTO jueves, 9 de febrero de 2017

Mi esposa y yo nos conocemos desde la secundaria, pero empezamos a salir mucho después. Habíamos salido sólo un par de semanas cuando nos dimos cuenta que estábamos locamente enamorados el uno del otro y que queríamos casarnos.
Yo estaba completamente convencido. Es más, le propuse una boda espontánea e inmediata en Las Vegas; ella, en cambio, quería que lo planeáramos con tiempo. Mis ánimos cambiaron, “somos tan diferentes: a ti te gusta planear y a mí me gusta ser espontáneo”, le dije. Sus ojos se agrandaron, “¡yo también puedo ser espontanea!” dijo apresuradamente, “sólo me lo tienes que decir con tiempo para que lo anote en mi agenda”. La miré extrañado. Lo decía en serio; era claro que no entendía el significado de espontaneidad.


Es en ese momento cuando te das cuenta de que el verdadero amor no es solo un sentimiento de euforia momentánea; es una elección deliberada, un plan de amarse para bien y para mal. Por supuesto que no eliges por quién te sientes atraído, pero definitivamente sí eliges de quién te vas a enamorar y, sobretodo, de quién vas a seguir enamorado.

Nuestra sociedad hace hincapié en los sentimientos. Nos han enseñado que debemos seguir nuestros sentimientos y hacer lo que nos hace feliz. Además, la vida ya nos ofrece un montón de situaciones: rechazo, pérdida de empleo, angustia, desilusión, desesperación, enfermedad y demás; y simplemente no podemos abandonar el barco del matrimonio cada vez que nos encontramos con una tormenta. El verdadero amor sabe manejarse entre las tormentas de la vida cotidiana.

Cuando mi abuela tenía cincuenta años le diagnosticaron esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa que altera la capacidad del cuerpo para comunicarse con su sistema nervioso. En pocos años mi abuela había perdido la habilidad de caminar y quedó postrada en una silla de ruedas.

Mi abuelo, que era entonces jefe de la policía, tuvo que jubilarse dos años antes de lo previsto para hacerse cargo de ella. Él la ayudó en todo, desde moverse por la casa, visitar al médico, hasta bañarse. Una vez el abuelo le dijo a mi mamá que le dolía verla así: “ya sabes, cuando me casé pensé que todo iba a ir viento en popa. Nunca imaginé que tendría que ayudarla a cambiar su catéter todos los días; sin embargo lo hago y no me importa porque la amo”.

El amor es mucho más que una sensación de euforia, el verdadero amor no es siempre lindo y tierno; en realidad tiene sus mangas enrolladas, suciedad y mugre untada en sus brazos, sudor que gotea por la frente. El verdadero amor nos pide que hagamos cosas difíciles: perdonarnos unos a otros, apoyarnos para lograr los sueños de cada uno y consolarnos en momentos duros.

Recientemente me encontré con esta maravillosa cita: “Nadie se enamora por elección, es por suerte; nadie permanece enamorado por casualidad, es por trabajo; nadie se desenamora por casualidad, es por elección”.

Cada vez que mi esposa y yo tenemos un problema hacemos nuestro mayor esfuerzo. Aunque ciertamente no somos perfectos, el amor que compartimos hoy es más real y maravilloso que cualquier cosa que jamás hayamos imaginado. Así que cualquiera que sea la tormenta que pueda venir, yo sólo pienso en amar a mi esposa. Así pues, si realmente amas a alguien (y esa persona te ama) comprométete a ese amor, aunque se vuelva un trabajo duro, pues también será el trabajo más gratificante de tu vida.

Leave a Reply

Subscribe to Posts | Subscribe to Comments

Popular Post

Blogger templates

Blog Archive

Contribuyentes

Con la tecnología de Blogger.

- Copyright © las mejores cosas lindas -Metrominimalist- Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -